martes, 21 de junio de 2011

el rosario de Amozoc


Hola !!!

Después de tener abandonado tanto tiempo el blog, hoy quiero platicarles una de tantas leyendas de mi estado: PUEBLA, en lo personal me encanta, por que se hiso un dicho poblano el cual aplica en los jolgorios que acaban mal; " terminó como el rosario de Amozoc", y reza asi la leyenda :

Se vivia en Puebla el período colonial, en Amozoc existía un gremio numeroso, el de los forjadores ( forja de hierro y arte damasquinado) que tomó por su cuenta la celebración de las fiestas de la Virgen del Rosario, pero dividido por cuestiones del oficio, se formaron dos bandos que se disputaban la supremacía de las festividad religiosa, lo peligroso era que uno de los grupos estaba capitaneado por la "Culata" ( apodada así por la amplitud de sus caderas), ya que mantenía enredos amorosos con un bravucón maleante que las autoridades vigilaban muy de cerca.
Como en los pueblos (antes porque ahora lo dudo mucho) todo se le contaba al señor cura, el sacerdote, enterado del conflicto determinó inteligentemente: Un grupo tomará las festividades de los años nones, otro el de los pares, así podría haber toda la competencia apetecida sin peligro de temidos choques. Todo marchaba bien, pero surgieron luchas políticas en el país, Puebla altera su vida pacífica y toda clase de actividades se interrumpen. Cuando todo vuelve a la tranquilidad y siendo año par, tocaba al grupo correspondiente la festividad, el bando rival alegó su derecho de ser él al que le correspondía reanudar. Las autoridades eclesiásticas y civiles ordenaron tomar el turno en atención a lo establecido, lo peor del caso fue que la culata y los suyos habían quedado fuera, ese año, no habría la convivencia de los pesillos sobrantes.
El bando favorecido se esmeró para que la festividad revistiera toda su brillantez, solicitó la cooperación económica de los vecinos de Puebla, asistieron los faroleros de la Catedral, importantes personalidades y una buena orquesta; no obstante los gastos, las ganancias serían jugosas.

La parroquia pletórica de fieles, el altar resplandeciente, cortinajes, derroche de adorno, los faroleros en fila frente al altar, el sacerdote, luciendo ricos ornamentos, inició el rosario con toda la parsimonia y solemnidad del caso. Todo iba bien, pues aunque los del bando contrario no las llevaban todas consigo por aquello de que " para todo mal mezcal y para todo bien también", sin embargo guardaban compostura en atención al sitio, no así el rijoso amigo de la Culata que mascullaba improperios cerca del altar.
Había llegado el momento de organizarse para la precesión, todo el mundo se acomodó en perfecto orden de acuerdo con la cofradia que representaba, prendieron vela, el órgano y los cantores dieron las prieras notas y la letanía comenzó a entonarse respondiendo la nutrida masa con el solemne " ora pro nobis", afuera los sonoros repiques, la cohetería atronando el espacio, la algabaría del pueblo.

Nunca ha sido cosa el buen alcohol, salvo cuando se utiliza como remedio, y tenía que hacer sus efectos, los cuales no se dejaron esperar: el transtornado pro culata, que no sabía ni pizca de latín, cuchillo en mano cual si estuviera poseído de Lucifer, arremete contra el jefe de faroleros que llevaba la voz cantante, la grito de " eso si que no, hijos de . . . . . ." es que en la letanía se había llegado a la invocación " mater inmaculata" que el valentón había traducido por "maten a la Culata".
Por demás decir el rebumbio se armó: afuera tocaban alarma las campanas y adentro: insolencias, golpes, puntapies, gritos, lamentos, carreras. El sacerdote rezaba la Magnifica y rociaba de agua bendita para ahuyentar el demonio de aquella multitud enloquecida, que dejó como saldo algunos muertos, incontables heridos y destrozo y medio. Para el poblano, de profundo sentido religioso, aquel suceso fue cosa inaudita.

Es por eso como les mencionaba al inicio del relato, la aplicación del dicho " terminó como el rosairo de Amozoc" ( en pelea ). Se trata naturalmente del Amozoc donde pernoctaron las fuerzas francesas la víspera del memorable 5 de Mayo de 1862, del Amozoc de las espuelas.


Ojala les agrade esta leyenda tanto como a mi. Prometo regresar con muchas más tan interesantes como esta.

1 comentario:

  1. Hola Arabita muy interesante tu leyenda ... así aprendo algo de cultura popular de tu hermoso pais...un abrazo...

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